Últimamente se han publicado diferentes libros, de autores muy diversos, en los que se crítica nuestro sistema capitalista actual. Para unos sólo es cuestión de algunas reformas, más o menos profundas, y para otros, los menos en verdad, es una distopía hecha realidad, es decir, hemos ido entre todos, unos de forma activa y otras pasiva, creando las causas para nuestra alienación.
Dejando a un lado esta opinión –casi anecdótica–, en lo que si existe consenso entre los autores es en la crisis que atraviesa nuestro sistema capitalista, nuestro sistema de relaciones comerciales y sociales. Ésta se refleja en hechos tan patentes como el crecimiento exponencial de la desigualdad, el aumento de las enfermedades psicológicas, suicidios, alcoholismo, etc.., el crecimiento del desempleo, o, el hecho cierto del empobrecimiento de las nuevas generaciones, con sus sueños y esperanzas frustradas.
Sin embargo, a pesar de este agotamiento, el sistema capitalista no tiene alternativa mejor, pero debemos ser conscientes que estamos viviendo un momento crítico, con síntomas de insostenibilidad, que nos llevan, o nos tienen ya sumidos, en una crisis económica, social, de valores, medioambiental y política, que, como no tomemos conciencia será difícil de superar.
Afortunadamente, mientras que unos sólo se preocupan de darle a los pedales para no moverse del sitio, otros miran al futuro, y existen iniciativas que proporcionan un halo de cambio, de optimismo, de reinvención, como la Fundación Global Hub for the Common Good, que a través de su marca NESI “Nueva Economía e Innovación Social” busca la cocreación de una nueva economía, y han elaborado un informe que presenta soluciones para acelerar esa transición hacia una nueva economía al servicio de las personas y del planeta en las siguientes líneas: soberanía alimentaria; vivienda y urbanismo; moda sostenible; el futuro de la energía y los recursos; el futuro de las finanzas; y el futuro del trabajo. De una lectura rápida y transversal, puede parecer un cúmulo de idealismo y buenismo, incluso de utopías. Pero como dijo el novelistas Anatole France: ”La utopía es el principio de todo progreso y el diseño de un mundo mejor”. Quizás su lema de “cambiar la economía para cambiar el mundo” sea el camino.
Antonio Guerrero