Mismas incertidumbres, recetas de siempre

Llevamos meses escuchando que se nos avecinan tiempos difíciles, e, indudablemente los indicadores económicos (IPC, tipos de interés, tasa de crecimiento, etc…) no sugieren nada bueno, y, los hechos del entorno (guerra, crisis de abastecimiento, extrapolarización política, incremento de la desigualdad, y, especialmente, la rapidez de los cambios) tampoco indican lo contrario. En definitiva, que vivimos “nuevas” incertidumbres, quizás las mismas de siempre, o, al menos parecidas, y para contrarrestarla acudir a las recetas de siempre puede ser buena decisión.

Cuidemos la caja. No se trata de recortar gastos indiscriminadamente, sino de forma inteligente, es decir, enfocado a lo que va a necesitar para seguir siendo competitivo, en resumen, fuera lo innecesario. Y, obviamente, gestione bien y rápido sus cobros.

Plantéese si las personas de la organización son lo suficientemente flexibles para afrontar los posibles cambios. ¿Sabemos sus carencias? ¿Podemos formarlos?, y si tenemos un buen sistema de comunicación interna que contribuya a la alineación de toda la organización y su compromiso. Y por supuesto, la primera medida no puede ser prescindir de su equipo (siempre que éste aporte valor).

Repiense su estrategia pensando en un entorno diferente, vislumbre cuáles serán las nuevas claves competitivas, qué necesitará para ser competitivo, qué recursos y capacidades tiene y cuáles podrá tener. Pero no olvide que hay que cuidar la caja, así que sopese las prioridades de inversión y el endeudamiento. Hágalo junto con su equipo, recuerde que la sabiduría colectiva es más poderosa que la individual.

Analice su modelo de negocio, ¿Cómo ha evolucionado? ¿Cómo llevamos la transformación digital?, podemos o debemos avanzar más en la automatización de procesos, ¿Cómo nos relacionamos e interactuamos con los clientes?, ¿Cómo siempre?, lo hacemos como ellos quieren o como es más cómodo para nosotros. Por cierto, ¿quiénes son nuestros clientes tipos? ¿Han cambiado?

Y respecto a la gobernanza, proyecte diferentes escenarios, ya no sólo es suficiente tener un plan B, posiblemente tendrá que recurrir a un C o D. Defina un plan de sucesión, ya sabe que no es bueno esperar al último minuto, identifique a las personas con alto potencial y diséñele su plan de desarrollo, con ello asegurará que se preserven los valores, la cultura y el propósito de la empresa.

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