SUPERLIGA

Ligas europeas de fútbol

¡Qué escándalo! ¡Los clubs de fútbol más ricos han intentado crear una superliga! Han corrido ríos de tinta, tertulias encendidas, jefes de gobierno interviniendo para tumbar la iniciativa, aficionados “levantados en armas”, protagonistas del juego –jugadores y entrenadores–, oponiéndose a la idea porque el fútbol es de los aficionados o, porque sin ganarse la clasificación en el campo no hay deporte. En fin, la contrarevolución a los revolucionarios anti-UEFA.

¿De qué se escandalizan? Actualmente, en las principales ligas europeas la competitividad es muy limitada. Si revisan los ganadores de los últimos años comprobarán, que o se repite el mismo equipo o se lo reparten entre dos o tres. Deducimos, pues, que las diferencias entre equipos son considerables, y por tanto, las estrategias, estructuras, capacidades deportivas y generación de ingresos también.

Un análisis del modelo de negocio del fútbol nos muestra que la competencia no es deportiva, o, no sólo deportiva, sino principalmente económica. El éxito vendrá por tener ingresos económicos que permitan contratar los recursos más valiosos y escasos, los humanos. Jugadores que marquen la diferencia, y configuren el core del equipo, y un entrenador que lidere y, diseñe e implante las capacidades organizativas (táctica, estilo, cultura,…), que  gane partidos y ofrezca espectáculo.

Consecuencia de esto se gana en imagen de marca y reputación, accediendo, por una parte, a una mejor posición negociadora ante los stakeholders del sector (contratos publicitarios, de imagen, de emisión, intermediarios, gobiernos…), y por otra, ayudan a ganar cuota de mercado. Los nuevos clientes estarán especialmente influidos por esa imagen, por esa reputación, por esos jugadores estrellas, por ese espectáculo, y, ya saben que una de las claves para seguir alimentando la máquina es seguir ganando cuota, conseguir hinchas, cuya fidelidad, como es sabido, es para siempre.

Por tanto, independientemente de que se argumente que es para “salvar el fútbol”, lo que existen son claros motivos económicos, repartirse más dinero para seguir compitiendo mejor, económica y deportivamente. Además, no hay que descartar que, como todo negocio, el fútbol necesita evolucionar y adaptarse a los nuevos tiempos, y quizás tocar las reglas, el tiempo, la tecnología, la interacción de los aficionados, etc….

Antonio Guerrero

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