La empresa del mañana

En un interesantísimo artículo de C. Mira, J. González, G. Pankert, F. Carlot, R. Martínez, de la consultora Arthur D. Little, argumentan que las empresas del futuro se definirán, en contraposición al modelo actual, por sus capacidades más que por sus productos, actualmente para ofrecer su producto o servicio se organizan para ser eficientes y eficaces en cada una de las actividades de su cadena de valor, algo que en el nuevo modelo no tendrá sentido.

Tres realidades apoyan este razonamiento. La primera, la dificultad de crear ventajas competitivas sostenibles ante los, cada vez más cortos ciclos de vida de productos y servicios, que también dificulta su rentabilidad. La segunda, el mayor valor de la experiencia, la marca y la reputación frente a las características físicas del producto o servicio. Y tercera, la automatización y el mundo de los datos que permite prever y comprender el comportamiento de los clientes.

Ante estas circunstancias, la empresa del futuro deberá desvincular lo que hacen de cómo lo hacen, y centrarse en lo que mejor saben hacer, operando en esa área de forma excelente.  Por tanto, se enfrentará a importantes decisiones estratégicas: qué funciones empresariales desvincular para trabajar en ecosistemas colaborativos, elegir cuáles van a ser sus capacidades diferenciadoras o identificar los socios adecuados.

Además, tendrán que aprovechar los nuevos enfoques de gestión y afrontar un cambio importante en las formas, por ejemplo, las dinámicas de relaciones con proveedores tornarán del mando y control, a la dependencia y colaboración. Aprender a trabajar en alianza y colaboración con los mejores para potenciar sus capacidades y externalizar tanto las claves como las no críticas, es decir, integrarse en ecosistemas especializados para potenciar sus capacidades internas.

Todo esto significa que, para la empresa del futuro, prácticamente todas las capacidades podrían estar potencialmente desacopladas, incluyendo capacidades básicas como el desarrollo de productos y la salida al mercado. Eso sí, las empresas líderes del futuro tendrán que destacar al menos en la experiencia del cliente, y tener en la tecnología en su ADN la tecnología, con un protagonismo especial de la inteligencia artificial y la analítica de datos.

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