Cuando en términos deportivos hablamos de remontada nos estamos refiriendo a superar un resultado adverso. La mayoría de las veces porque, sean razones exógenas o endógenas, no se ha competido con la diligencia debida.
Los de mi generación, recordarán las épicas remontadas madridistas en los 80, derivadas por la falta de actitud, porque les superaba el entorno ambiental, por la falta de calidad, etc…en los partidos de ida. En resumen, no haber sido competitivo.
Este nuevo año que comenzamos puede ser, debe de ser, el de nuestra remontada. Evidentemente necesitamos remontar, independientemente de la razón exógena que es la pandemia, porque llevamos muchos años de retraso, sin tomar medidas estructurales que ayuden crear una sólida configuración de país, un modelo definido de en qué y cómo queremos, podemos y sabemos competir.
Por tanto, seguimos necesitando medidas de calado en temas como; un pacto fiscal que consolide los ingresos que asegure el estado de bienestar que queremos y podemos tener, previamente definido sin demagogias, pero que sea un modelo sostenible. La, archirrepetida, mejora de la productividad que necesitará no sólo de formación continua en el puesto de trabajo, sino también, de un nuevo modelo educativo en primaria, secundaria, formación profesional y universitaria, además de decididas políticas de I+D. La pandemia nos lo ha demostrado, sólo invirtiendo en innovación seremos competitivos y menos dependientes de tecnologías foráneas, y estaremos en el buen camino para desarrollar potentes sectores industriales, que son los auténticos motores de la economía.
Lo enquistado de estos temas pendientes no ofrece mucha esperanza. ¡Tengamos un hálito de optimismo! Al menos, ya se ha alcanzado un pacto sobre la reforma laboral, lejos quizás de lo necesario, pero posiblemente el inicio del camino para diseñar ese indispensable nuevo mercado de trabajo. Y, aunque tenemos incertidumbres (la evolución de la pandemia, la inflación…), al igual que en esas famosas remontadas el público llevaba en volandas a los jugadores, en nuestro caso, tenemos los fondos Next Generation, optimistas previsiones de crecimiento, entre el 4% y el 6% según el organismo, y una necesidad vital que no podemos dejar pasar. ¡Salgamos a jugar el partido, a competir!
Antonio Guerrero