La Business Roundtable (BRT), lobby que agrupa a 181 corporaciones empresariales estadounidenses, ha publicado las conclusiones del trabajo realizado entre sus miembros sobre cuál es el propósito de las empresas, y aunque existen opiniones discrepantes, para la mayoría la rentabilidad del accionista, el beneficio a todas costa, no puede ser la única razón de ser de las empresas, sino que éstas, deben incluir en su propósito otros objetivos como la protección del medioambiente, la dignidad y el respecto de las personas, fomentar la diversidad, y ser veraces y honestos en sus relaciones con la sociedad y sus clientes.
Debatiendo el tema he encontrado con tres posturas: los incrédulos, los ortodoxos y los posibilistas. Los más escépticos, los incrédulos, ven en esta publicación una soflama de buenas intenciones, una gran campaña de imagen, pero dudan se traduzca en hechos reales, en estrategias. La historia el siglo XX y la más reciente, está plagada de ejemplos en los que la avaricia empresarial ha dañado el medioambiente (Aznalcóllar), ha explotado a las personas (denuncias por trabajo infantil) y ha engañado a los clientes (el dieselgate de Volskwagen). Ejemplos ciertos que apuntalan la incredulidad, pero no es menos cierto que la publicación de esas conclusiones es un avance hasta ahora nunca hecho, y por tanto, una puerta abierta hacia un cambio, hacia una nueva forma de entender las organizaciones empresariales.
Otra postura es la de los ortodoxos, quienes consideran que para nada debe ser propósito de las empresas aspectos que son y deben ser responsabilidad de los gobiernos y estados. Argumentan que como entidades privadas deben mirar por sus intereses y estos suelen ser la rentabilidad y el beneficio, ofrecerles valor a sus accionistas, crear riqueza para éstos y a través de ellos para la sociedad, pero para nada asumir responsabilidades sociales, esa nunca debe ser la misión de una empresa privada, pues si pierde el foco de la rentabilidad, posiblemente comience su camino de perdición.
Sin embargo, los posibilistas están absolutamente de acuerdo con las conclusiones del informe referido, apoyando su razonamiento en el cambio social, donde los mileniales, aun siendo consumistas y aceptando indiscutiblemente el capitalismo, prefieren trabajar en empresas con compromiso social, o los movimientos de jóvenes en defensa del medioambiente, que fortalecen que en la sociedad actual ninguna organización puede vivir aislada de sus grupos de interés, ni de su entorno y que actuar teniéndolos en consideración es, amén de una posible oportunidad de marketing, de mercado, es tener la mirada en el largo plazo.
Que un cambio es necesario parece evidente, incluso en lo más crudo de la pasada crisis se habló de la refundación del capitalismo, pero después las inercias nos llevan a los comportamientos aprendidos. En mi humilde labor docente solo me queda contribuir a generar una opinión favorable sobre la institución empresarial como organización social y fuente de generación de riqueza, desarrollo social y progreso.
