Esta anticipada segunda ola parece confirmar que la COVID19 estará entre nosotros más tiempo del deseado, y que esos cambios circunstanciales adoptados en nuestras vidas, esa nueva normalidad, está más cerca de ser la normalidad, por tanto, mientras antes los integremos en nuestros hábitos mejor para todos.
En esta línea, las empresas que busquen la diferenciación deben, no sólo conformarse con cumplir obligaciones normativas, saber leer el entorno, ser proactivas e iniciar un profundo proceso de cambio para adaptarse a esta normalidad. Para ello, al menos, hay que trabajar en tres aspectos claves. Uno, con los clientes, no solo escuchándolos, eso se supone que ya lo hacemos, sino anticipándose a sus miedos, y rediseñando los procesos para eliminar todas aquellas interacciones de dudosa seguridad. Configurando nuevos productos y servicios, adaptados al momento y con mentalidad de largo plazo, por lo que deberá ir perfeccionándose.
Dos, con los trabajadores, creando los mecanismos para combinar, siempre que se pueda, el teletrabajo con el trabajo presencial. Esto conlleva formar a las personas en el uso de las tecnologías y, también, en gestión del tiempo, organización de tareas y productividad (no es lo mismo organizarte tu día a día en la empresa que en tu casa), e invertir en herramientas informáticas y tecnología que faciliten el trabajo tanto operativamente, como de estabilidad de conexión y seguridad de la información.
El tercer aspecto a trabajar en una nueva realidad de menos reuniones presenciales, del uso de herramientas compartidas y del desarrollo de actividades asíncronas serán las mentalidades y comportamientos de todos. Los trabajadores, tienen que desarrollar la autorresponsabilidad y la honestidad de forma extrema, y los directivos, deben gobernar desde la confianza, si establecen dispositivos de monitorización y control, el modelo de trabajo no diferirá mucho de nuestro secular presentismo. Sino entienden que ésta es la principal característica del teletrabajo -y de nuestro tiempo-, no han entendido nada.
Nuestra normalidad ha cambiado, veremos en los próximos meses la redefinición de muchos comportamientos, relaciones, productos y servicios, anticípese, sea proactivo, seguro que vale la pena.Pro