Sentido de responsabilidad

Una de las cualidades más reclamadas y valoradas por los directivos en las personas que conforman sus equipos es el sentido de responsabilidad, sea este más o menos grande, y tengan las personas más o menos capacidad decisoria en el ejercicio de sus tareas y funciones.

Aunque sea una cualidad personal e inherente a la persona que ha debido ser conformada en las etapas educativas y formativas, por padres, maestros y profesores, ¿es lo mismo ser responsable en tu vida personal que en tu puesto de trabajo? ¿puede uno ser responsable en un ámbito y no en otro? Entiendo que como cualidad será indisociable de la persona, transite ésta en el ámbito que sea. Sin embargo, mi observación concluye que en las organizaciones, empresariales o sociales, sus dirigentes deben fomentar, alimentar y generar ese sentido de responsabilidad, pues, incluso a quien lo traiga de “fábrica” se le puede quebrar si las condiciones no lo propician.

Desarrollar personas responsables implica tener normas, que otorgarán derechos, pero también crearán obligaciones. Este es el quid de la responsabilidad. Ser responsable implica tomar decisiones conscientemente, es decir, aceptando sus consecuencias, que es mucho más que cumplir con una obligación, es hacer algo, actuar cuando se ha cometido un error y no parapetarse en la justificación, y recordar que es más importante el bien común que la individualidad.

Para lograr trabajadores responsables es imprescindible desarrollar tres líneas de actuación: la objetiva, dar pautas de trabajo comprensibles y diáfanas, explicar muy claramente lo que se espera de ellos, comunicar de forma transparente la situaciones positivas y negativas; la subjetiva, crear el ambiente propicio de motivación, compromiso, autonomía, tolerancia al error porque, en lugar de una excusa, traerá una acción correctora, el pensamiento crítico y predicar con el ejemplo; y una remuneración adecuada.  Si nos refugiamos en soluciones cosméticas, en el charlatanisno, en la propaganda, en la falsa promesa, desarrollaremos un liderazgo líquido, sin sustancia, sin esencia, en definitiva, sin sentido de responsabilidad, se alcanzará un equipo con las mismas características.

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