Banalidad vs Importancia

Como en cualquier actividad en las empresas los recursos y los tiempos son limitados, sin embargo, a veces nos empleamos en temas que aportan poco a lo que de verdad genera valor a los clientes, lo que permitirá el desarrollo y crecimiento de la empresa. Evidentemente no se puede evitar por completo las actividades triviales, lo importante es minimizar su impacto, si bien, el riesgo aumenta cuando las empresas carecen de un claro enfoque estratégico o su modelo de dirección es el control.

Ante la ausencia de estrategia, de una misión y objetivos bien definidos, tanto la dirección como el equipo pueden llenar su tiempo con temas que no estén alineados con los objetivos de la empresa, dando lugar a actividades superficiales, reuniones sin propósito, informes redundantes o métricas relevantes. Se sucumbe a las modas, por ejemplo, a la fiebre por las redes sociales y a estar más preocupados y ocupados por los likes, reseñas, número de seguidores, etc…, que del impacto real en las ventas que tiene cómo hacemos las cosas, cómo aportamos valor al cliente.

Igualmente, el control excesivo suele llevar a la dirección a centrarse en pequeños detalles, poco importantes, pero que es una manera fácil de crear una cultura de la vigilancia, cuando no del miedo, de tal forma que las personas de la organización están más tiempo justificando lo que hacen que ocupados en hacer las cosas bien, con la máxima productividad y pensando en el cliente.

Lo importante son las decisiones y acciones que generan un impacto directo en la rentabilidad y en el desarrollo y crecimiento a largo plazo, que resuelven problemas reales para los clientes, optimizan procesos internos y desarrollan sus equipos, alienando estas acciones con la visión a largo plazo de la organización, es la mejor (sino la única) manera de desarrollarse, crecer y permanecer.

Coda. Sufrimos un espectáculo de declaraciones, de discursos vacíos, que nos imponen banalidades, distrayéndonos de los temas importantes. Mientras que pierden el tiempo, no se ocupan de mejoras estructurales que creen sólidos cimientos que mejoren nuestras vidas, bienestar y perspectivas de futuro. Ocuparse de banalidades en lugar de las cosas importantes, puede generar un buen efecto en el corto plazo (el poder), pero suele ser pernicioso para el largo, el desarrollo, crecimiento y consolidación de las organizaciones.

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